...O eso dice el tango.
El 28 de Enero de hace 20 años, con un frio de narices, me fui yo, tan flamenca como gorda, a que naciera mi segundo mozo.En teoria el segundo venía tan grande como el primero, y por esa razón no llegué(no me dejaron llegar) a las 42 semanas de embarazo que tuve con el primero.Yo creo que mi médico tuvo miedo de que no cupiésemos, madre e hijo , en el quirófano, porque las hechuras de mami eran las de un hipopótamo con sobrepeso.En mi primer embarazo la barriga sobresalía, y mucho, pero en el segundo, lo mismo podía ser una mujer embarazada o una mesa camilla con patas, porque se me ensanchó todo.Parece ser que las barrigas tipo expansión albergan una niña,pero en el caso de menda, el niño ya llegó llevando la contraria.
3,580 gramos de niño después de poco más de 38 semanas de embarazo.Yo esperaba un peazo crío de más de 4 quilos y cuando vi aquel pequeñajo me sentí como que no había estado a la altura.
Collonades de madre, vamos.
Eran las 11,29 de la mañana cuando el anestesista que no me dejó en paz durante toda la operación con su "estás bien?" cada 5 minutos,(tuve la mala idea de decirle que en la primera cesárea,cuando llegó al mundo Daniel,me sentó mal la anestesia) me anunció:"ya está aqui Aleix".Llorón, lleno de mocos, rojo...tan distinto a su hermano, que poco menos de 6 años antes había llegado a mi vida tranquilo y gandulón...
Pues eso, que mañana ya hará 20 años de ese momento que no pasará a la memoria colectiva pero que a mi me colmó el ansia de ser bimadre, y me valió ganar un "¡que valiente!",cada vez que alguien se enteraba de que yo solita me había atrevido a tener dos hijos.Yo creo que decían qué valiente porque temían que si me decían "qué loca!", les soltase un sopapo.
20 años que han pasado como un soplo, 20 años que lo han hecho casi adulto, protestón, malcarado, tozudo...pero buen tio en el fondo...sonríe menos de lo que yo quisiera y se cabrea con facilidad,pero espero que pronto su descontento ante el mundo se apacigüe...básicamente cuando encuentre a alguien que le llegue al alma...y por favor, que sea pronto!
Que lleguen muchos más años, hijo, y que te vea florecer como el tesoro que eres.
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