domingo, 21 de julio de 2019

Estaba la pájara pinta...

...sentada en el verde limón".
No era exactamente  eso lo que pensaba ayer por la noche,agobiada de calor,mientras intentaba infructuosamente dormirme, más que nada para que los opositores no me oyesen roncar esta mañana si por aquellas casualidades su verbo no era tan potente como mi modorra, dadas las condiciones de temperatura y el madrugón inhumano...por suerte no ha habido que lamentar amodorres intempestivos y mal que bien, los cinco candidatos de hoy han sido escuchados y evaluados.Mañana será otro dia.
Pues eso, que andaba yo buscando estrategias para adormecerme(tipo el verso que da título a esta entrada) cuando me vinieron a la cabeza las muchas canciones que mis hijos  me escucharon cantarles cuando eran pequeños...y en un nada tenía los ojos llenos de lágrimas pensando en els petits putxinel·lis,En Pere Gallerí, la filla del marxant, el gall i la gallina, el marrameu torra castanyes,i sobre todo, el hit de las canciones que me han hecho llorar toda mi vida: "Paff el Drac Màgic".Yo no sé que tendrà la historia del niño pequeño y el dragón mágico que corre mil aventuras con él, hasta que el niño se hace mayor,y como dice la canción."els dracs viuen per sempre, però els nens es fan grans(...)una nit molt gris i trista, el nen el va deixar,semblava que estava plovent quan es va posar a plorar, tot sol molt trist i moix el drac es va allunyar, i poc a poc molt lentament, se'n va tornar al fons del mar..."
Jolines que lloreras con la puñetera historia, desde que era una mocosa que no levantaba tres palmos del suelo...ya entonces eso de que el niño creciera y dejase al pobre dragón solo se me hacía cuesta arriba...
Quizás porque intuia que rápido iban a crecer mis cachorros el día que los tuviese,o sencillamente porque bajo mi apariencia de mujer dura y fuerte se esconde una bleda assolellada...
En fín, esperemos que esta noche el cansancio acumulado y  las pocas horas de sueño al que al fin sucumbí  después de haber repasado el cancionero me permitan dormirme sin repasar el cancionero entero y derretirme de nostalgia.