Hay teorías, en las que una, antes de ser madre, cree a pies juntillas, maneras de ejercer la maternidad con las que una, antes de tener hijos,comulga con los ojos cerrados,y frases que se convierten en un mantra, en una especie de evangelio laico...hasta que llegan esos locos bajitos y mandan a tomar por culo todas las teorías,las maneras,las frases y si te descuidas hasta tú te vas a tomar por culo con toda tu suficiencia de pre-madre, esa que mira por encima del hombro a las que hace años lidian con hijos de carne y hueso y se ciscan en todos los consejos,soluciones que dejan de serlo y tocadas de moral varias...vaya,que mientras tu las miras con cara de "qué madre más inútil eres,si hicieras lo que yo te digo te iría mejor",ellas achican los ojos poniendo cara de "ya te enterarás de lo que vale un peine cuando tengas a tus hijos, tontalculo!".
Yo fui una niña a un libro pegada.Un poco repelente debía resultar, ahora que lo pienso...el caso es que entre mis recuerdos más antiguos está el verme a mi, pequeñita,casi seguro que sin saber leer aún, en casa de mis abuelos, en una habitación en la que había lo que entonces me parecieron muchos libros, y ahora que lo pienso igual eran una veintena, como mucho.Me recuerdo mirando extasiada las ilustraciones...posteriormente, me recuerdo leyendo todo lo que me ponían por delante, ya fuese la Diez minutos y la Garbo o "la escuela del amor y del matrimonio",uno de los pocos libros, quizás el único, que había en casa de mis padres hasta que yo empecé a comprar material de lectura.Uno de los primeros libros que compré,como regalo para mi padre(que nunca se lo leyó) fue "El perro que nunca existió y el anciano padre que tampoco", de Paco Candel.La mamá loka aún se pregunta hoy, los efectos que sobre la mente de una niña de siete-ocho años podía tener leer acerca de la sumisión de la mujer a su marido, la eyaculación retrograda (carezza,creo que la llamaban en el libro),y la miseria de los seres que poblaban las novelas de Candel...el caso es que mi asocialidad, mi poco deseo de relacionarme demasiado con el mundo,mi nula pericia para los deportes y otras particularidades infanto-juveniles encontraron en la lectura un oasis,un lugar de paz en el que guarecerse.
Como es de suponer, mi pasión por la lectura se ha ido acrecentando con los años,junto con mi compulsión a comprar casi cualquier libro que me llame la atención.Mi pareja comparte mi afición por la lectura,y en casa hay, por lo bajo ,unos 2000 libros, que tapizan una de las paredes de suelo a techo del pasillo,porque si tapizaran las dos el paso sería imposible y llenan el gran mueble libreria del comedor ,además de otros habitáculos más reducidos.Vaya, que si la frase que expongo en el título del post fuera cierta,mis hijos serían los más mejores de la escuela,del instituto...y mire, pues no,retoño mayor empezará la semana que viene un ciclo formativo de grado superior después de haber dado tumbos durante cursos y cursos,y retoño pequeño tiene claro que se ha de sacar la ESO,y de momento está en cuarto,después de pasar limpio el curso pasado...pero no,genios del estudio no son, ni lectores tampoco.Retoño mayor se lee el Sport, a veces el Marca,el AS(que no entiendo yo qué coño hace un culé leyéndose los periódicos afectos al club de don Florentino),y retoño pequeño de vez en cuando disfruta de la lectura de alguno de los libros que le obligan a leer en el instituto...pero lectores no son,para disgusto mio y de mamá consorte...
Y es que hay afirmaciones que tocan los ovarios porque te las crees,como ya he dicho,antes de ejercer de progenitora y se te desmontan cuando el pequeño mamoncete ha irrumpido en tu vida como un Mihura, demostrándote que te puedes meter tus teorías por donde te quepan...
Por cierto, llevo años con ganas de asestarle tremendo librazo al próximo que escriba un libro, tratado o artículo sobre como crear hijos lectores...básicamente porque TODOS los consejos que aparecen en ellos los he puesto en práctica...y de momento,como que no.
Claro que si hay algo que la madre loka no pierde nunca es la esperanza y la moral,por eso insiste en recomendar títulos de libros que "seguro seguro que si lo coges te enganchas" a los dos retoños.
¡Ni el alcoyano, oyes!
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