Este `post no tratará de mis retoños, sino de los retoños de los demás.Por definición, los retoños ajenos siempre están maleducados.Siempre.Sólo nosotros sabemos educar a nuestros hijos...hasta que los tenemos.Aún reconociendo que,como dice el título de un libro:"Yo era mejor madre antes de tener hijos",hay gente que educa o deseduca a sus hijos como el culo.Tal cual.Y niños ajenos que nos despiertan el instinto herodiano hasta límites peligrosos...
.El verano tiene varios inconvenientes.O muchos.Nos pasamos todo el invierno suspirando porque llegue "la calor" y luego nos pasamos todo el verano renegando de la chicharrina que nos aplatana,nos lipotimiza, nos atonta y nos jode.Y una de las cosas que más joden del verano es que si no tienes aire acondicionado en casa, has de tener las ventanas abiertas para no morir asfixiado/a.Y aquí está el problema.Con las ventanas abiertas se oyen los ruidos.Todos los ruidos:el perro tocanarices que ladra hasta la extenuación,el claxon del conductor que no puede sacar el coche de donde lo ha dejado aparcado porque el jeta de turno se ha colocado tapando la vía de salida...pero algo que jode más que todo es oir prácticamente todo el día y parte de la noche,los alaridos tipo "soy la tia de psicosis que se está duchando y ahora viene el cafre de Anthony Perkins y me clava un cuchillo" de los chavales y chavalas del barrio,ese barrio mio populoso y con un puñetero parque justo debajo de mi bloque
.Nunca he soportado los alaridos, y creo que con la edad la cosa va a más.Me pone de los nervios tener que soportar a niñas preadolescentes imbéciles que aúllan mientras miran a saber qué en su móbil, a niños/as de 4,5 o 6 años jugando a no sé qué coño,pero pegando unos alaridos que hielan la sangre, a macacos de apenas dos años que se cabrean por todo y chillan para que se entere el mundo entero...cuando mi hijo mayor, aún un bebé, soltó su primer alarido hielasangre,mi respuesta fue expeditiva.Me temo que no fui pedagógica, pero los alaridos se acabaron.No digo que ni él ni su hermano no montaran algún pollo, que lo montaron, pero nunca aullaron de la manera que los hacen la mayoría de los niños ahora sin que sus padres se inmuten.
Se me puede tachar de exagerada, pero cuando llevas todo el santo verano oyendo esos sonidos infernales ( y vivo en un séptimo piso!),ruegas por la llegada del frío, de una afonía que los deje a todos mudos por un tiempo,o porque los padres recuperen la cordura y tomen cartas en el asunto cuando sus puñeteros retoños molestan.
O porque no se me acabe la paciencia y sea yo la que pegue un alarido que los acojone a todos...que todo podría ser.